Después de haber hablado de casos reales en las últimas semanas, hoy volvemos con algo de teoría, aunque ya veréis que enseguida vamos a darle un sentido muy práctico. Hoy hablamos de las tres aplicaciones que el coaching como tal puede ofrecernos a los músicos. Porque parece que está muy establecido eso de coaching «personal», «empresarial» y «ejecutivo», pero ¿de qué nos sirve a nosotros?
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Transcripción del episodio completo:
La persona, el grupo y el líder
Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos
… el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general.
Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos!
¡Hoy es viernes! En concreto 22 de abril de 2019, y este es el episodio 125. Después de haber hablado de casos reales en las últimas semanas, hoy volvemos con algo de teoría, aunque ya veréis que enseguida vamos a darle un sentido muy práctico. Hoy hablamos de las tres aplicaciones que el coaching como tal puede ofrecernos a los músicos. Porque parece que está muy establecido eso de coaching «personal», «empresarial» y «ejecutivo», pero ¿de qué nos sirve a nosotros?
Pero antes, dejadme que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com.
Se acaba esta semana en la que hemos empezado a perfilar los cursos que tenemos y ahora sí, para la semana que viene empezaremos definitivamente con las encuestas para el siguiente. ¿Qué quiere decir eso? Que por fin os toca elegir. ¿Alguna propuesta más antes de que lance la encuesta el lunes? Por si acaso, echadle un último vistazo a los coachingdemusicos.com/cursos.
¡Un nuevo viernes! Un día tenemos que analizar por qué nos gustan tanto los viernes, cuando en el fondo, en muchos casos los fines de semana también están cargados de trabajo. Pero da igual, porque es decir la palabra viernes o finde y ya nos cambia la energía (y si yo ya venía cargado de energía durante la semana, imaginad a partir de hoy).
Pues hoy, como buen viernes, volvemos a hablar de coaching, del proceso, de conceptos relacionados o como es el caso de distintas aplicaciones de lo que tradicionalmente se ha establecido como tipos de coaching o ámbitos del coaching. Lo que pasa es que lo vamos a hacer aplicándolo directamente a nuestra vida como músicos.
Porque sobre los distintos tipos de coaching ya estuvimos hablando hace 120 episodios, en los primeros (aunque no os recomiendo mucho escuchar esos primero episodios, porque igual os aburrís y no volvéis a escucharme nunca más).
En el caso de hoy, lo que vamos a hacer es hablar de tres ámbitos en los que se ha establecido con mucha claridad la actuación del coaching en nuestras vidas y cómo cada uno de esos ámbitos puede también afectar (o de hecho, ayudar) a nuestra vida como músicos, también en diferentes facetas de esa vida.
Coaching personal, empresarial y ejecutivo
«Coaching personal, empresarial y ejecutivo»: así se llamaba el máster aquel que hice en coaching y que empezó todo esto. Y está dividido en esas tres áreas porque alguien entendió en un momento dado, que era interesante centrarse por separado en estas áreas, que tendrían aspectos diferentes a tratar, y que las técnicas utilizadas podrían agruparse en cada uno de los ámbitos.
Coaching personal
Por una parte está el ámbito personal, que afecta directamente a los individuos, a su interior, sus emociones, sus egos, sus personalidades y todo lo que implica al bienestar de la persona en sí, sin tener nada que ver con su profesión, lugar de trabajo y demás.
Coaching empresarial
El coaching empresarial hace referencia a la relación de las personas en un ambiente de trabajo. Aquí se engloba todo lo referente a trabajar en equipo, complementarse… y las técnicas utilizadas van más en la dirección de las dinámicas de grupo.
Coaching ejecutivo
Y el coaching ejecutivo se centraba más en las habilidades directivas de las personas que ya están en una posición de poder dentro de las empresas y que también necesitan ser desarrolladas.
Este último fue uno de los primeros en extenderse en el mundo laboral, porque al principio se entendía que lo más importante era tener directivos bien preparados y capaces de dirigir adecuadamente al grupo, y así seguro que este grupo sería más eficiente. Más tarde empezó a extenderse por el resto de los estamentos de las organizaciones, ya entendiendo que en todos los ámbitos era necesario.
Pero en todo caso esta distinción sigue siendo efectiva, ya que se entiendo que en diferentes ámbitos las circunstancias y las necesidades son comunes, con lo que también tiene sentido que el tipo de trabajo que se hace tenga también factores comunes.
Aplicado a los músicos
Pero sobre todo lo anterior estoy viendo que ya os hablé hace mucho (aunque yo estuviera menos acostumbrado a hablaros). Entonces ¿cuál es la novedad del episodio de hoy? Bueno, pues simplemente la aplicación que desde el principio me planteé hacer en el ámbito musical, o directamente en los músicos.
La persona, el músico
Por una parte, tenemos el coaching personal. ¿Cuántas veces me habéis escuchado decir la frase «detrás de cada instrumento hay un persona»? Y es que no podemos olvidar que sea cual sea nuestra profesión, somos personas, y esas personas que hay ahí detrás necesitar ser atendidas.
Supongo que estaremos de acuerdo en que la vida como músico a veces no es fácil. Desde nuestra etapa de estudiantes se nos plantea una doble carrera que tenemos que cursar (doblando turnos entre el colegio o instituto y después la escuela o conservatorio), además la exigencia cada vez es mayor, tenemos que decidir bastante pronto en nuestra vida «qué querremos ser de mayores» y cuando lo hemos decidido aún nos queda una larga carrera (que en el fondo no acaba nunca) y que si no la sabemos controlar, va a controlar nuestra vida por completo. ¿Estamos de acuerdo hasta aquí?
También hay bastante estrés, ansiedad tanto en el escenario como en las distintas decisiones que tomamos, hay cambios de etapa, muchas veces cambios de ciudad o viajes continuos… Y todo esto afecta a la persona que hay detrás, no digo que para mal siempre, pero son todos una serie de inputs que van haciendo que la persona vaya formándose y desarrollándose, a veces conociéndose mejor y a veces recorriendo el mundo de un lado a otro conociendo mejor las exigencias de su profesión que a sí mismo.
Pues a estas alturas, si no estáis ya convencidos de la importancia del coaching personal en los músicos, poco más puedo deciros.
Aquí entran a jugar técnicas exploratorias, enfocadas a ayudar a la persona a ser más consciente de su realidad, de sus emociones, de sus ambiciones; en el fondo a conocerse mejor. A desarrollar esas habilidades llamadas en algunos casos intrapersonales.
Recordad que cuando hablamos de coaching estaremos hablando de un proceso para llegar desde el yo de ahora hasta el yo que queremos.
Por tanto va a ser inevitable hablar de inteligencia emocional, autoconsciencia, autoestima y autoconfianza, autoeficacia (como hablábamos en un episodio muy interesante con Luima Cuartero), y todo lo que se os ocurra que tradicionalmente se ha integrado en eso que llaman desarrollo personal. Sobre todo recordad, centrados en las habilidades enfocadas a desarrollarse uno mismo como persona sana, completa, y feliz.
La empresa, el equipo
Luego llegamos a la parte del coaching empresarial. Esta me parece muy interesante porque en el fondo, como seres humanos, somos seres sociales, pero en el fondo, más allá de lo que cada uno lleve de fábrica, muy pocas veces nos preocupamos por desarrollar nuestras habilidades sociales. De hecho, es justamente lo contrario, nos solemos centrar en desarrollarnos como individuos cada vez más aislados, más centrados en nosotros mismos, pero olvidamos la parte en la que nosotros como individuos vamos a tener que convivir con otras personas.
Y por cierto, como músicos, supongo que estamos también de acuerdo en que nuestra vida es «en compañía», ¿verdad? A no ser que solo queramos desarrollar una carrera como solistas insociables. E incluso en ese caso, porque al final estaríamos actuando ante personas, con las que también nos comunicamos y a las que expresamos algo.
Pero además de eso, en la mayoría de los casos vamos a trabajar dentro de un grupo de profesores, o con un grupo de alumnos, o dentro de una orquesta o banda o cualquier formación, además vamos a tener que hacer pruebas o audiciones con otras personas con las que en el fondo compartimos muchas cosas, pero que solemos ver como rivales o a veces incluso enemigos…
Digamos que como músicos, tenemos una gran necesidad de desarrollar nuestras habilidades sociales y de trabajo en equipo.
Seguro que habéis oído hablar de las empresas (sobre todo americanas) que hacen esos viajes en equipo para reforzar el grupo, que además llevan incluidas ciertas actividades para trabajar en equipo… Pues es que es fundamental que aprendamos a ser parte de un equipo y a sumar todo nuestro potencial con el de los demás.
¿Qué ocurre? Que esto muy pocas veces es posible si antes no se ha trabajado bien en la propia persona. Cuando alguien llega a un equipo lleno de inseguridades, falta de confianza, ansiedad, egoísmo, y todas esas características contrarias a las que seguro que estáis pensando que son ideales, el trabajo en equipo es mucho más difícil. En cambio, si hemos desarrollado nuestra faceta personal hasta el punto en que estamos tranquilos con nosotros, con nuestras fortalezas y debilidades, con nuestras ambiciones, con nuestra autoconfianza… el ese caso sí podemos sumar a un equipo, podemos aportar lo mejor de nosotros y recoger lo mejor de otros para seguir aprendiendo.
Pensad ahora un segundo en el grupo de músicos que más rápidamente os venga a la cabeza. Y ahora decidme si cada una de esas personas pensáis que ha hecho un trabajo personal (no individual, sino en su propia persona) que le permita aportar al grupo lo mejor de sí. Pues si la respuesta es la que imagino, entenderéis la conveniencia de todas esas técnicas de dinámicas de grupo, de motivación, de resolución de conflictos, de trabajo colaborativo…, de las que habla el coaching empresarial.
Coaching ejecutivo
Y por último llegamos al coaching ejecutivo (o directivo). Y qué mejor directivo que un director, un profesor, un gerente, un jefe de departamento, un cabeza de sección de una orquesta o un solista.
Aquí ya no estamos hablando de desarrollarse como persona, como decíamos al principio. Esto se da por supuesto. Igual que se da por supuesto que hemos trabajado en equipo y sabemos hacerlo. ¿Por qué? Porque estamos hablando de un líder, de la persona con capacidad y habilidad para mover a los demás, para dirigirlos hacia los objetivos comunes de la manera más sana y eficaz.
Decía que se da por supuesto lo anterior, porque un líder, en el fondo, poco tiene que ver con una persona insegura, egoísta, recelosa, que se preocupa por su propio beneficio… Un líder necesita de un desarrollo personal, en sus propias habilidades intrapersonales que le permitan empezar a desarrollar las otras, las habilidades directivas o de liderazgo (de las que hablamos por cierto en el curso de liderazgo).
Pero por supuesto también necesita entender las necesidades de los demás (individualmente) y las necesidades del equipo en su conjunto.
Además, es capaz de gestionar los recursos con los que el equipo cuenta para sacarles el máximo partido, gestionar el tiempo, los proyectos que tenga por delante. Y sobre todo de gestionar a las personas.
Entiendo que muchas veces decimos la palabra «ejecutivo» y pensamos en señores con mucho dinero que tienen oficinas en rascacielos de Manhattan. Pero el coaching ejecutivo es aplicable a cada uno de nosotros y de nosotras en el momento en que desarrollar todas esas habilidades sea necesario para una vida mejor, más sana, más exitosa, más plena y más feliz como músicos.
Conclusión
Y después de esta última frase, mejor lo dejamos aquí, ¿no? Hasta aquí este episodio de viernes, centrado en el coaching y en sus diferentes ámbitos aplicados a la vida del músico en general. Si os tuvierais que quedar con una idea de todo este episodio, os diría que recordéis que somos personas (aunque seamos músicos), que como personas y como músicos nos relacionamos con otras personas (muchas veces trabajando en equipo) y que esos equipos están liderados por otras personas (pero que éstas necesitan unas habilidades concretas). Así que no está demás tener en cuenta que esto del coaching puede ayudarnos, quizás, en cada una de esas áreas.
Aquí lo dejamos por esta semana. Contadme qué tal os ha ido la semana, qué pinta tiene el finde, si os ha gustado el episodio, si tenéis propuestas para el próximo curso, y queréis comentar cualquier cosa. Porque ya sabéis que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”.
Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/contactar.
Descansad todo lo que podáis y nos escuchamos de nuevo el lunes, si no hay contratiempos, desde una ciudad muy especial donde pasaré unos días la semana que viene.
Y hasta entonces, ¡MUY BUEN FIN DE SEMANA!