Hoy de nuevo hablamos sobre algunos conceptos del coaching aplicados a la enseñanza musical, a las clases, al sistema, a la relación con nuestros alumnos y alumnas… Concretamente hoy recuperamos una palabra de la que hablamos la semana pasada: el análisis DAFO, pero esta vez no el nuestros sino el de nuestros alumnos y alumnas. Cómo hacerlo, por qué y para qué.
Enlaces y notas del episodio
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Transcripción del episodio completo:
El DAFO de nuestros alumnos y alumnas
Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos
… el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general.
Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos!
Hoy es martes 2 de octubre, episodio número 22, y de nuevo hablamos sobre algunos conceptos del coaching aplicados a la enseñanza musical, a las clases, al sistema, a la relación con nuestros alumnos y alumnas… Concretamente hoy recuperamos una palabra de la que hablamos la semana pasada: el análisis DAFO, pero esta vez no el nuestros sino el de nuestros alumnos y alumnas. Cómo hacerlo, por qué y para qué.
Pero antes, dejadme que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com.
Ya sabéis desde ayer el periodo de prueba se acabó, pero mientras ponemos online el segundo de los cursos con todo su contenido, el precio se mantiene en 1€ (eso sí, sin el periodo de prueba gratuita. Así que ya sabéis, echadle un vistazo a la web y si os interesa de lo que hablamos en el podcast y los cursos que están por venir… aprovechad y registraros ahora para mantener vuestro precio de 1€ al mes para siempre.
Y todo esto, por supuesto, sin permanencia ni explicaciones, ¡así de fácil!
Aquí estamos un martes más! Por cierto, ¿hicisteis el ejercicio de ayer? El de haceros antes de dormir esas dos preguntas… ¿Sí? Pues enviadme las conclusiones… Ya sabéis que me encantará, e incluso si queréis puedo comentarlo aquí el próximo lunes, ponedme en el mail que me dais permiso para comentarlo, o que no diga vuestro nombre o lo que sea y ya está.
Bueno, hoy volvemos con esos conceptos que relacionamos con la enseñanza musical, todas esas técnicas o estrategias o herramientas que os propongo utilizar o adaptar a nuestras clases. Y como decía en la introducción el tema de hoy es el análisis DAFO, pero no el nuestro, como hablamos el pasado viernes en el episodio sobre conocer nuestra realidad (esto era dentro del ciclo de los viernes sobre el proceso de coaching). Hoy vamos a centrarnos en el DAFO de nuestros alumnos y alumnas.
Porque una de las labores principales de todo profe es, como sabéis, establecer una serie de objetivos para sus alumnos y alumnas, tanto en el curso como en el ciclo en el que se encuentren. Una vez conocemos los objetivos, como ya sabemos, necesitamos saber de qué realidad partimos para ir a por esos objetivos.
Bueno, ya sabéis lo que opino, que todo esto no debería ser una tarea que el profesor o profesora hace a su manera y luego lo traslada al alumnado, sino al revés, que todas las ideas salgan de ellos y ellas, y nosotros ayudemos a estructurarlas, a reflexionar sobre ellas, a ser más o menos conscientes… Para eso tenemos nuestra experiencia, para ponerla a su servicio y ayudar a que el ejercicio sea lo más enriquecedor posible.
Esto ya veréis que lo digo muchísimo, hasta hacerme pesado… En todas las fases en las que estemos: planificar objetivos, conocer la realidad o buscar opciones. Pero es que me parece de vital importancia que no organicemos y estructuremos todo para unos alumnos y alumnas que van a tener que atender a ello, sin contar con ellos! No solo porque no parece justo, sino porque en el fondo lo que pretendemos es formar a esas personitas para que en el futuro sean independientes, autónomos, críticos, organizados,… y si no contamos con ellos para hacerlo desde ya, nunca van a tener esa experiencia y esa capacidad de valorar, reflexionar y criticar. O peor aún van a tener que serlo de repente en el futuro, sin haber tenido experiencias que les ayuden y acabarán en ese caso haciendo ¿qué? Repitiendo lo que hicieron con ellos, sin más reflexión.
Ese es un tema, por cierto sobre el que reflexionar un día. Yo he hecho esta pregunta en algunas entrevistas a profesores, de distintos ámbitos, ¿por qué por mucho que estudiemos y avancemos, muchas veces acabamos teniendo una actitud ante la enseñanza igual que la que tuvieron con nosotros? Pero ese es otro tema para otro día…
Entonces… en cuanto al tema que nos ocupa hoy,
¿por dónde empezamos?
He visto muchísimos casos de profesores y profesoras que a principio de curso pasaban un formulario, casi como una especie de entrevista, a los alumnos y alumnas. Y en el formulario se les pregunta por las obras que han tocado hasta el momento, con qué profesores han trabajado antes, qué han hecho en verano, qué pretensiones tienen para este curso, cuál es el instrumento que más les gusta (esto en percusión por ejemplo, que tenemos varios).
Desde luego, la idea de preguntar algo a los alumnos y alumnas, ya de por sí parece buena, pero no estoy del todo seguro de que en todos los casos ese formulario haya servido para algo. Muchas veces hace falta que llegue la primera clase, ver tocar a la persona y empezar a hacerse una idea sobre qué cosas trabajaremos con esa persona, qué cosas necesita mejorar y cuáles se le dan mejor. Y muchas veces estas reflexiones no las compartiremos con ellos o ellas.
Lo que os propongo, mi aportación de hoy (si se puede decir así) es la de hacer un DAFO en toda regla con cada una de las personas que van a ser nuestros alumnos y alumnas. Pero de verdad con ellos. Dedicar una primera clase o una parte de la primera clase, no a pasarles un formulario, no a preguntarles para sacar nuestras conclusiones, sino a charlar con ellos y analizar todo lo posible su realidad. Y no tanto por el hecho de tener más datos para tomar acciones (que además vuelvo a repetir que soy partidario de consensuarlas), sino sobre todo por empezar a hacer reflexionar a esas personas, por muy jóvenes que sean. Que empiecen a analizarse, a sí mismos y a su entorno. Es algo que les ayudará mucho en su futuro.
Yo tengo el recuerdo de uno de los mejores profesores que he tenido en mi carrera, con el que precisamente he aprendido más fuera de las clases que dentro. Durante el horario de clase era, digamos, un profesor más. Buenísimo como instrumentista, daba muy buenos consejos, buenas soluciones. Pero es que fuera de clase, cuando empecé a tener ocasión de tocar con él, eran todo preguntas: “¿y esto cómo lo has escuchado?, ¿qué te parece esto?, ¿qué otra cosa puedes probar para que suene diferente?, ¿qué está fallando?”
Y os puedo asegurar que aprendí mucho más con él fuera de las clases que dentro. Porque me hacía pensar, estar siempre atento, criticar y valorar cada situación (musical, hablo).
Bueno, volviendo al tema, que me he ido un poco por las ramas. Vamos a recordar cómo era ese DAFO que podemos hacer junto a los alumnos y alumnas:
DAFO PARA ALUMNOS Y ALUMNAS
Como decíamos el viernes pasado, lo lógico es empezar por la parte “interior” de la persona, lo que depende de ella o forma parte de sí misma. Las DEBILIDADES y las FORTALEZAS.
No hace falta llamarle así (aunque tampoco está de más que se vayan familiarizando con los términos), pero bastaría con hablar sobre qué cosas se les da mejor y qué cosas necesitan mejorar. Y dejar que se expresen y se analicen. Sin presión, en un ambiente distendido, pero dejando que sean ellos y ellas las que aporten los datos. Después podemos contrastar, claro. Podemos incluso darles un poco de feedback si en algo creemos que están distorsionando la realidad. Pero, lo más importante, que no salgan de nosotros las respuestas.
Muchas veces, sobre todo en los más peques, es muy habitual que confunda “lo que les gusta” con “lo que se les da bien”, o sus debilidades con lo que no les gusta. Incluso muchas veces les gustará o no en función de cómo se les da cada cosa. Pero para eso estamos los adultos en nuestro papel de guía o de profesor-coach.
Y sobre todo, que no todo se quede en debilidades. Desde muy pequeñitos es importante ser conscientes de ellas, poder mejorar en lo que sea necesario, pero también, y si cabe más importante, ser consciente de las fortalezas en las que nos podemos apoyar para desarrollarnos. Y de paso estaremos dando un pequeño masajito a nuestra autoestima.
Y una vez hablado de esto, no olvidemos hablar también de las OPORTUNIDADES y las AMENAZAS, es decir las cuestiones que no tienen tanto que ver con nosotros ellos, sino con su entorno, las condiciones en las que van a pretender desarrollar su actividad.
En este punto podemos, por una parte, darnos cuenta de cuál es el nivel de madurez del alumno o alumna, también de si pretende o no dedicar su carrera a la música, y qué conocimiento tiene del mundo que le rodea (tanto musical como en general).
Quizás no es lo más importante hablar sobre la carrera a largo plazo como músico, pero si adaptar la conversación al entorno en el que él o ella se desenvuelve día tras día. Por ejemplo, qué oportunidades les da el propio conservatorio o la escuela de música para desarrollarse, qué cosas podrían aprovechar más; también qué cosas suponen una amenaza para sus estudios o para las aspiraciones que tienen. Y si se trata de algo que en el conservatorio no les va a permitir desarrollar sus ideas, es bueno que puedan reflexionar sobre ello y en el mejor de los casos acabar luchando para que este amenaza desaparezca para ellos y para el resto. En definitiva, habituarse a ser crítico, a tener criterio (ahí podremos ayudar con nuestro feedback y nuestra experiencia, pero sin moldear demasiado sus conclusiones).
Y todo esto, no solo con alumnos y alumnas ya mayores, adolescentes o más mayores aún. Mi opinión es que empezar a hablar de estas cosas desde que son muy pequeños. Les va a aportar muchas más herramientas para en el futuro poder ser más autónomos y más críticos. El simple hecho de hablar y explicar lo que ven sobre sí mismos y sobre su entorno ya les va a hacer pensar en ello y ser más conscientes.
Y muchas veces nos sorprenderemos de las ideas y los pensamientos que tienen los más pequeños. Yo tengo conversaciones con mi hijo de 5 años que me dejan sin palabras. También es cierto que hay muchas veces que la percepción que tienen del mundo no está del todo ajustada a la realidad, pero para eso estamos los adultos, como decía antes, para guiar y ayudar a que cada vez se ajuste más, si puede ser sin moldearla ni definirla demasiado.
Así que fomentemos que pequeños y pequeñas sean críticas. Ayudémosles a aprender a ver, valorar y criticar la realidad en la que viven y a sí mismos. Seguramente sea una de las cosas más importantes que podamos aportarles.
Y con esta idea sobre cómo abordar un DAFO de nuestros alumnos y alumnas me despido por hoy.
Pero antes recordad que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”.
Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/contactar.
Mañana volveremos a estar aquí a las 7:11 de la mañana con una nueva reflexión de esas de los miércoles, que por cierto, últimamente me habéis comentado que os gustan. Así que id diciéndome…
Hasta entonces: ¡QUÉ PASÉIS UN DÍA ESTUPENDO!