Hoy lunes volvemos con un nuevo consejo práctico, de esos que podemos empezar a poner en práctica hoy mismo lo queremos. Hoy hablamos del arte de «Decir NO» (de vez en cuando). Muchas veces perdemos mucho tiempo y nos sentimos mal por hacer ciertas cosas, pero también nos sentimos mal si nos negamos a hacerlo. Hoy hablamos de ello.
Enlaces y notas del episodio
- Página de podcasts
- Página del blog
- Todos los cursos
- Registro gratis en fase beta durante el mes de septiembre
- Formulario de contacto para feedback
- Facebook de Coaching De Músicos
Transcripción del episodio completo:
Decir NO (de vez en cuando)
Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos
… el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general.
Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos!
Hoy es lunes 22 de octubre de 2018. Y este es el episodio número 36, en el que volvemos con un nuevo consejo práctico, de esos que podemos empezar a poner en práctica hoy mismo lo queremos. Hoy hablamos del arte de «Decir NO» (de vez en cuando). Muchas veces perdemos mucho tiempo y nos sentimos mal por hacer ciertas cosas, pero también nos sentimos mal si nos negamos a hacerlo. Hoy hablamos de ello.
Pero antes, dejadme que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com.
Ya sabéis que el precio de la suscripción a los cursos sigue en 1€/mes, por poco tiempo, solo hasta que publiquemos el segundo de los cursos con todo su contenido. Así que echadle un vistazo a la web y si os interesa de lo que hablamos en el podcast y los cursos que están por venir… aprovechad y registraros ahora y tendréis ese precio para siempre.
Mientras queráis continuar, porque esto es sin permanencia ni explicaciones, ¡así de fácil!
¿Os cuesta mucho decir NO? Sois de esas personas que para evitar un conflicto o una situación desagradable acabáis aceptando hacer lo que os piden. Bueno, si es así, sois como la mayoría de las personas, tampoco tenemos que alarmarnos por esto.
La verdad es que muchas veces es difícil. Estamos estudiando y nos interrumpen para pedirnos ir a algún sitio a hacer un favor, o que prestemos el aula porque tienen una clase muy importante en una hora; o simplemente aceptamos ir a algún sitio aunque no nos apetezca demasiado o prefiramos otro plan.
Pues esto es muy habitual, y de hecho podríamos decir que es lo normal. Porque decir NO no resulta fácil. Como ya hemos dicho alguna vez, solo he hecho de escuchar o pronunciar la palabra NO nos pone en situación de estrés, de ansiedad o a la expectativa. Además, muchas veces el decir no puede causar en la otra persona un poco de asombro, de malestar o de enfado. Incluso hay algunas personas especialistas que que les digan que sí a todo, porque se enfadan claramente si no es así (utilizan el miedo entonces), o porque tienen muy practicada su cara de pena o de desilusión. Yo de los primeros conozco algunos, incluso directores o profesores que aprovechan esto.
Pero ¿qué pasa con lo que causa en nosotros la otra opción? Cuando decimos que SÍ, o aceptamos lo que nos dicen, aunque no queramos hacerlo. Pues muchas veces pasa que causa también el mismo malestar, pero en nosotros. O que nos hace perder tiempo y energía y acabamos sintiéndonos culpables. Y a veces enfadados con nosotros mismos.
Por eso la propuesta de hoy es empezar a practicar eso de «decir NO». Eso sí, «de vez en cuando». Porque podríamos diferenciar entre la persona que dice que sí a todo (actitud sumisa, sería), la que dice que no a todo (y con cierta actitud agresiva) y la que valora y argumenta los momentos en los que dice que no (esta sería una actitud asertiva).
Asertividad
O sea, que en realidad estamos hablando de asertividad, que es una habilidad social y comunicativa. Y claro, si es una habilidad, quiere decir que podemos desarrollarla, ¿no? Así que practicando decir no (de vez en cuando) estaremos desarrollando una de nuestras habilidades. Concretamente, la asertividad es la habilidad social que consiste en conocer tus derechos, lo que tienes que hacer y lo que no tienes por qué hacer, y defenderlo firmemente. Sin ser agresivo ni discutir, simplemente tenerlo claro y dejarlo claro.
Así que hoy os voy a comentar unas cuantas cosas que podrían ayudarnos a decir no en esas situaciones en las que realmente nos fastidiaría hacer las cosas que nos piden, ya sea por tiempo, por ética, para que no se aprovechen de nosotros o por el motivo que sea.
Cambiar la percepción de la palabra NO
Primero, deberíamos cambiar la percepción de la palabra «no». Pensar que decir no no es nada malo. En muchos casos hemos crecido con la creencia de que hay que agradar a los demás, que no deberíamos contradecirles, o que cuando alguien te pide algo es «de buen samaritano» hacerlo. Pero lo cierto es que esto no tiene mucho sentido cuando para hacer lo que alguien no pide tenemos que sacrificar parte de nuestro tiempo, nuestra energía o nuestros valores.
Si lo pensamos bien, no hay nada malo en decir que no en esos casos, ¿verdad?
Entender que la otra persona no nos lee la mente
Además, tendríamos que recordar que la gente no puede leernos la mente, por tanto cuando nos piden algo no tienen por qué saber si lo queremos hacer realmente o no. Si nunca decimos que no, puede (en algunos casos, claro, en otros es evidente) que nunca lleguen a saber que no queríamos hacerlo, que ni se den cuenta, y lo vuelvan a pedir de nuevo.
No reactivos – evitar conflictos
Algo muy útil a la hora de decir no es hacerlo con calma, con buen tono, y con una lenguaje corporal que indique relajación y seguridad. No se trata de reaccionar o enfadarse. Esto sí podría crear ese conflicto con la otra persona, que de hecho podría quedarse solo con la sensación de que no queremos ayudarle, sin saber por qué.
Recordar lo que dejas de hacer y lo que pierdes
Otra cosa que ayuda al menos a plantearse decir no un poco más a menudo es recordar lo que queríamos hacer, o sea, no perder el foco de nuestro objetivo, y valorar lo que perdemos o dejamos de hacer si aceptamos eso que no queremos.
Esto también valdría cuando se trata de hacer algo que no queremos hacer por nuestros valores, por ejemplo. Si no perdemos el foco en esos valores, tendremos más fuerza para negarnos a hacerlo.
Hablar expresando nuestro punto de vista
Otra cosa muy útil es hablar expresando nuestro punto de vista. Que no tiene que ser igual que el de los demás, pero como es el nuestro, podemos expresarlo con toda tranquilidad y asumir que será respetado.
Ser breve en las explicaciones
Normalmente es más efectivo no extendernos mucho en las explicaciones. Ser breve y conciso y como mucho explicar brevemente las razones si lo creemos necesario. Pero sin poner excusas, dar rodeos o dar mucha charla.
Como partimos de la base de que tenemos derecho a decir no, no tenemos por qué dar demasiadas explicaciones.
Y en todo caso, si no se dan por vencidos y siguen insistiendo, hay una técnica muy divertida que es la del «disco rayado», que se basa en repetir la misma idea una y otra vez, sin alterarse ni desesperarse, simplemente repitiendo que no lo haremos por tal motivo y ya está. Tarde o temprano lo entenderán o se cansarán, ¿no?
Aplazarlo y comprometerse
Si se trata de algo que sí queremos hacer pero no en ese momento, podemos posponerlo y comprometernos a dedicarle un tiempo en otro momento, cuando no destroce nuestros planes o nos interrumpa tanto.
No sentirse culpable
Y en todo caso, no sentirnos culpables por decir no.
Practicar en casa
Algo que se suele recomendar es practicar pensando cuáles son las situaciones más habituales en las que diríamos que no pero no lo hacemos. Y pensar posibles respuestas. De esa manera no nos pillarán tan desprevenidos si llega el caso.
También hay ejercicios que hablan de practicar durante un día entero a decir no a todo, por ejemplo. Yo tuve la ocasión de compartir unos días con una amiga hace unos meses, en los que estaba practicando su asertividad diciendo no a todo, y la verdad es que era bastante insoportable. Porque claro, decía que no a cosas que no tenía sentido decir no. Por lo que creo que conviene no abusar de esto, pero sí pensarlo, o habituarnos a pensar en qué situaciones decimos que sí o decimos que no.
Resumiendo
Al final, y ya como resumen, aprender a decir NO cuando sea necesario hacerlo, o cuando creas que debes hacerlo es una forma de desarrollar nuestra habilidad de ser asertivos. Y he traído esto a un podcast sobre coaching (de músicos en concreto) porque muchas veces los músicos nos vemos en esas situaciones en las que hacer algo nos impide estudiar o nos hace perder tiempo, o en las que aceptamos una colaboración o un trabajo que en realidad no queremos hacer, o en las que aceptamos lo que nos dice un profesor o alguien con cierto «poder» (entre comillas).
Y aprendiendo a decir no estaremos respetándonos más a nosotros mismos y haciendo que nos respeten más. Y sin querer estaremos trabajando directamente sobre nuestra autoestima y nuestra autoconfianza.
¿Qué me decís? ¿Os parece interesante? ¿Habéis encontrado situaciones que aceptáis cuando en realidad os gustaría decir no?
Pues contadme vuestras conclusiones. Y contadme también todo lo que penséis sobre cada tema que os cuento. Porque “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”.
Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/contactar.
Volvemos mañana martes con un nuevo concepto relacionado con la enseñanza musical. Eso será a partir de las 7:11 de la mañana (hora española peninsular).
Hasta entonces os deseo muy buen día y ¡NOS ESCUCHAMOS MAÑANA!