¡Un nuevo martes! Y una nueva ocasión para hablar sobre conceptos relativos a la aplicación del coaching en la enseñanza musical. Y hoy concretamente hablamos de la motivación, “conditio sine qua non” para el aprendizaje! Y no solo desde el punto de vista del alumno, sino también hablamos de cómo mantener la motivación si eres profesor o profesora. ¡Empezamos!
Enlaces y notas del episodio
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Transcripción del episodio completo:
La motivación
¡Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos…
… el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero aplicadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general.
Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que hoy vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano.
¡Esto es Coaching De Músicos!
Hoy, martes 11 de septiembre de 2018, episodio número 7, en el que de nuevo hablamos sobre conceptos relativos a la aplicación del coaching en la enseñanza musical. Y hoy concretamente hablamos de la motivación, “conditio sine qua non” para el aprendizaje! Y no solo desde el punto de vista del alumno, sino también hablamos de cómo mantener la motivación si eres profesor o profesora.
Pero antes, dejadme que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com.
Una semana más en fase beta, en la que podéis registraros gratis, probar toda la web y visualizar los cursos que hay por el momento. Y si veis algo que no funciona simplemente decídmelo y yo estaré encantado de recibir vuestros comentarios.
Y además, para todos y todas las que os registreis en esta fase beta, recordad que vuestro precio será de 1€/mes para siempre. Sin permanencia ni explicaciones, ¡así de fácil!
“No puedes hacer beber agua a un caballo que no tiene sed”
Esta frase hace referencia a la fábula de Célestin Freinet, en la que un joven pretendía llevar al caballo a beber por la mañana y así luego no interrumpirían el trabajo en el campo e irían más rápido. Pero, el caballo no tiene sed por la mañana, y por tanto no tiene ninguna motivación para beber agua.
Lo mismo pasa con cualquier persona y con cualquier asunto. Necesitamos una motivación. De hecho, el significado más puro de la palabra motivación sería “motivo para la acción”, es decir, lo que nos mueve o lo que nos impulsa a hacer algo.
Y esto es aplicable a cualquier situación en la vida, incluida nuestra profesión. Lo que ocurre es que muchas veces mantenemos la creencia de que no tenemos derecho a desmotivarnos: porque claro, somos músicos, hacemos algo que nos apasiona, lo nuestro es vocacional, así que no podemos quejarnos, porque peor sería estar trabajando en la mina o en un trabajo físico mucho más duro, ¿verdad? Pues esto no es así. En realidad las motivaciones van cambiando a lo largo de los años, porque cambian nuestras aspiraciones, nuestras necesidades, nuestros valores y creencias o simplemente nuestra realidad. Y puede ocurrir que en muchos momentos no encontremos “esa motivación” para comernos el mundo que sí teníamos en otro momento. Es normal y pasa en todas las profesiones, aunque otras sí puedan quejarse y los músicos no. Y creedme, en este ámbito en el que me muevo del Coaching De Músicos, he hablado con muchas personas (solistas, profesores, estudiantes…) cuyo primer comentario era: “es que no tengo nada que me motive”. En este caso el trabajo se centraría en las metas, en objetivos que supongan un reto, que sean ambiciosos y a la vez apetecibles… incluso en factores externos que nos puedan empujar. Hablaremos de ello en profundidad cuando hagamos el curso de motivación en CoachingDeMusicos.com.
Y si hablamos de enseñanza, la implicación de la motivación está aún más clara. Os cuento por qué:
Como ya hemos comentado alguna vez, en el proceso de enseñanza-aprendizaje el verdadero protagonista es la persona que aprende. Y para que se dé el aprendizaje es necesario que se den tres condiciones básicas en nuestro Sistema Nervioso Central, que son: MOTIVACIÓN, ATENCIÓN y MEMORIA.
¿Qué ocurre?, que sin la primera es muy difícil que las otras dos se dén. Bueno, en realidad hay algunas funciones motoras y también algunas conductas que simplemente por la repetición en el tiempo sí las aprendemos (esto implica memoria, pero puede no haber una motivación palpable, o que ni siquiera atención alguna). Pero si hablamos de enseñanza musical o de enseñanza en general, no creo que pretendamos basar nuestro sistema educativo en la repetición sin atención.
Y seguramente no prestaremos atención si nada nos motiva a ello. Por tanto, la mayoría de las cosas, ni siquiera lo recordaremos.
Pues esto pasa muchas veces con nuestros alumnos y nuestras alumnas de música, que si no hay motivación, ¡podemos olvidarnos del aprendizaje! Podríamos obligarles a hacer diferentes ejercicios técnicos, a cantar o entonar un estudio, o a recitar un poema de Shakespeare. Pero si nada de esto les mueve a hacerlo por sí mismo, o si al menos no encontramos otra cosa que sí les motive para hacerlo… aprendizaje no habrá.
Lo que vamos a hacer hoy es, primero identificar los diferentes tipos de motivación. Luego comentaremos los modelos y teorías más representativos y finalmente hablaremos de algunos consejos para motivar a nuestros alumnos y alumnas.
En cuanto a los diferentes tipos de motivación, la primera clasificación es la más conocida: motivación intrínseca y extrínseca.
La motivación intrínseca es la que directamente tiene relación con la persona o con la tarea en sí, y se asocia a la satisfacción que siente, a su sentimiento de autorrealización o de crecimiento personal. Por ejemplo, cuando alguien quiere aprender a tocar el piano: le gusta la música, se siente bien tocando y sabes que si estudia podrá tocar cada vez obras más avanzadas y le gustarán más. Y el solo sentimiento se avanzar en ese campo que tanto le gusta le hace sentir satisfacción.
En cambio la motivación extrínseca hace referencia a estímulos externos a la persona y a la actividad. Muchas veces se asocia a la idea de refuerzo positivo o negativo (lo que sería premio o castigo), aunque también puede tratarse de obtener el reconocimiento de otras personas. Osea, que la motivación no tiene que ver con la satisfacción de realizar la tarea, sino con lo que se va a conseguir indirectamente si la realizamos. En el ejemplo anterior, la persona que estudia piano, aunque no sienta tal necesidad de desarrollarse o autorrealizarse, estudiaría y se esforzaría más por ejemplo para sacar una nota más alta en un exámen o para tener el reconocimiento de profesores, familiares o amigos.
Dicho así parecería muy superficial e incluso perjudicial, pero muchas veces la motivación extrínseca es necesaria para dar ese empujón en un momento en que no es fácil encontrar la propia satisfacción al hacer algo, pero que creemos que es importante hacer. Y a veces la podemos utilizar incluso para comprometernos con algo o para ser más productivos, poniéndonos a nosotros mismos premios por realizar tareas o conseguir objetivos. De hecho, mucho de lo que la sociedad nos aporta en nuestro aprendizaje continuo está basado en motivaciones extrínsecas. Por ejemplo, hacemos un trabajo que no nos motivaría demasiado, pero a cambio tenemos un buen sueldo que eso sí nos motiva. Y nuestra conducta ha sido moldeada durante años mediante premios o castigos.
Y en cuanto a estos premios y castigos hay otra clasificación que podríamos hacer, que es: motivación positiva y motivación negativa.
La positiva, tanto intrínseca como extrínseca, se refiere a la perspectiva de obtener una recompensa, ya sea el sentirse mejor o el obtener un premio.
Y la negativa, todo lo contrario. La motivación va más encaminada a evitar una consecuencia desagradable, como sentirse mal por no hacer algo o recibir un castigo por ello.
Si habéis escuchado el episodio de ayer, el número 6, sobre hablar en positivo, seguro que estaremos de acuerdo en que vamos a preferir el refuerzo positivo, que además es mucho más eficaz.
Y en todo caso, todos estos tipos de motivación pueden venir del exterior, de otras personas o situaciones, o del interior de la persona, la automotivación.
Y analizados los tipos de motivación, podemos encontrar tres modelos, que son: el modelo de Expectativas (que se basa en que cada persona tiene sus propias expectativas ante lo que puede suceder en el futuro y por tanto responderá diferente ante las motivaciones), el modelo de Porter y Lawder (que básicamente se centra en la relación entre el esfuerzo y la recompensa, y cómo cada persona se esfuerza más o menos en relación a cómo valore esa recompensa) y el modelo Integrador (que agrupa las anteriores e integra expectativas, necesidades, intereses, etc.).
Después podemos encontrar varias teorías sobre la motivación, que centran la motivación en el contenido (como la pirámide de las necesidades de Maslow o el modelo jerárquico ERC de Alderfer), o las centradas en el proceso (que analizan la conducta de las personas para explicar la consecución de sus metas).
Hay varias teorías dentro de cada grupo. Estoy nombrando simplemente algunas y sin mucha explicación, porque creo que pararnos a explicar cada una aquí sería un poco tedioso. Y además el objetivo de hoy es más bien lo que viene a continuación. Pero si queréis que os cuente un poco más sobre ellas, dejadme un comentario y un día las explicamos con detalle. Como habéis hecho, por cierto, estos días sobre los capítulos del miércoles y del jueves pasado, que os voy a contar pronto cosas al respecto.
Y entonces, con todos estos datos, vamos a hablar de una serie de acciones que nos puedan ayudar a motivar a nuestros alumnos y alumnas. Por ejemplo:
Buscar el equilibrio entre motivación intrínseca y extrínseca:
Aunque es importante poder inculcar o hacer ver el placer del aprendizaje y de la música en sí misma, ¡a nadie le amarga un dulce! Premiar en ciertos momentos puede ayudar mucho. Y la satisfacción por el propio aprendizaje, ya llegará…
Conocer bien a cada persona (cada alumno o alumna) y proponerle retos que estén a su alcance:
Incluso que entren dentro de su área de fortalezas, de esa manera se sentirá capaz de hacerlo y buscará la autorrealización; en cambio si el reto se centra en sus debilidades (por muy buena intención que tengamos en intentar mejorarlas), posiblemente la expectativa de no ser capaz de alcanzarlo le desmotive. Una idea sería trabajar con objetivos mixtos que ayuden a desarrollar las debilidades, mientras centra la atención en las fortalezas para motivar más.
Desarrollar un buen plan de acción:
Que la persona pueda ver la ruta y qué beneficios va a ir obteniendo poco a poco, y esto a la vez le motive para seguir a por el siguiente.
Controlar periódicamente el avance en nuestro objetivo:
Asegurarnos de que estamos avanzando ayuda a seguir motivados y no desmoralizarnos o frustrarnos.
Establecer algunas metas a corto o muy corto plazo:
Que para obtener satisfacción por lo conseguido no haya que esperar meses.
Mantener el foco en lo importante:
Y así podremos revisar si la motivación va en la dirección adecuada o no.
Evitar la rutina:
Si es posible, cambiar de actividad a menudo. Seguro que podemos intercalar diferentes tareas o ejercicios o partes de la clase para dar más sensación de movimiento y cambio. La rutina (y al final el aburrimiento) son el enemigo número uno de la motivación.
Divertirnos con nuestros alumnos y alumnas:
Sobre todo con los más pequeños (pero también con el resto), pasarlo bien. Dejar de lado la frase de “aquí no se viene a jugar”. Y cambiarla por “se puede aprender jugando” si sabemos cómo hacerlo. No hay nada que motive más a cualquier persona que divertirse.
Y ya veremos cómo combinamos esto con otros objetivos que queramos conseguir…
Espero que alguna de estas ideas os ayude. Faltaría por hablar sobre nuestra propia motivación como profes. Pero si queréis esto lo hablamos en otro episodio dentro de poco.
De momento con todo lo que hemos hablado creo que ya tenemos todos un MOTIVO para pasar a la ACCIÓN, que es precisamente mantener a nuestros alumnos y alumnas motivados! Muchas veces será un reto, porque no nos lo pondrán fácil, pero ¿No os motiva este reto?
Y mi particular motivación será estar de nuevo aquí mañana a partir de las 7:11 de la mañana con un nuevo tema, que espero que os parezca interesante. Mientras tanto, recordad que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”.
Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/contactar.
Nos escuchamos de nuevo mañana.
Hasta entonces: ¡MUY BUENOS DÍAS!