Recuperamos una vieja palabra, «competencia», para darle una vuelta más a algo que el coaching tiene muy claro: ¿Qué significa realmente ser competente? ¿De qué depende la competencia de una persona para una tarea o un conjuntos de tareas? Vamos a verlo hoy y enfocado a los músicos.
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Transcripción del episodio completo:
La competencia de una persona
Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos
… el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general.
Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos!
Episodio número 85 del viernes 28 de diciembre de 2018. Hoy es el penúltimo día de podcast del año! y Recuperamos una vieja palabra, «competencia», para darle una vuelta más a algo que el coaching tiene muy claro: ¿Qué significa realmente ser competente? ¿De qué depende la competencia de una persona para una tarea o un conjuntos de tareas? Vamos a verlo hoy y enfocado a los músicos.
Pero antes, dejadme que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com.
Queda poco para empezar el año también para que empecemos el nuevo curso de liderazgo. Ya os puedo confirmar que en cuanto volvamos de las vacaciones (que en España tenemos hasta el día 7 de enero), empezaremos a tener clases los martes y los jueves, como es habitual.
¿Recordáis dónde están esas clases? Pues en coachingdemusicos.com y de momento, por 3€/mes.
Se nos está acabando este año, en el que hemos empezado este nuevo proyecto. Bueno, yo ya he hecho mi repaso del año, algo que hago todos los años desde hace unos cuantos ya. ¿Y vosotros?
El lunes dedicaremos el episodio a eso, y así el martes podremos pasar a la otra parte, a la que viene después, es decir, ya hemos hecho el repaso de 2018, pero ¿qué nos planteamos para 2019?
Pero hoy de momento nos toca hablar un poquito más de coaching. Y de hecho vamos a hablar de algo que es totalmente atemporal, da igual que nos pille a principio o a final de año. Vamos a hablar de la competencia de una persona. La competencia para una tarea o función o trabajo.
Si recordáis el episodio número 65, en el que hablábamos de habilidades y competencias, decíamos que una competencia es el conjunto de habilidades, conductas, actitudes o comportamientos que hacen a una persona adecuada para un puesto, para un trabajo, para una función concreta dentro de un trabajo, o simplemente para una tarea.
Pero claro, nos da para pensar mucho de qué depende que esta persona sea competente o no, para esa tarea concreta o en su trabajo. Y nosotros, ¿somos competentes para realizar nuestra tarea? ¿Para la enseñanza musical, por ejemplo, o para tocar un concierto, o para hacer una audición de orquesta?
Pues si habéis escuchado este podcast en varios de los 85 episodios que llevamos ya, puede que no estéis pensando en lo que cualquier persona pensaría ahora mismo: Claro que sí, si estudiamos mucho, seremos competentes para ello.
Y es que es uno de los pensamientos más habituales: si queremos ser más competentes debemos adquirir más conocimientos. Por tanto, hay que estudiar más. Y así nos aseguraremos adquirir esa competencia. (Recordar que las competencias se adquieren, mientras que las habilidades se desarrollan).
Pues aquí viene la gran frase de hoy:
La competencia de una persona en su trabajo no sólo depende de los conocimientos y el control técnico, sino del conjunto de aptitudes o habilidades personales.
Suena muy lógico dicho así, pero muchas veces, de hecho diría que lo más habitual en muchos círculos, es pensar que el desarrollo técnico es la clave, que las horas de estudio son las que nos van todo lo que necesitamos, incluso que centrarnos por completo en nuestro instrumento, en nuestras audiciones o en lo que sea que estemos haciendo es lo que nos va a acercar más a nuestro objetivo (a esa competencia que deseamos).
Pero ¿qué pasa con todo lo demás? Todo lo que no es instrumento. Como dice la frase de entes, las «aptitudes o habilidades personales«.
Precisamente, como hemos hablado aquí muchos viernes, de esto va el coaching, de conocernos, saber dónde estamos y dónde queremos llegar y por el camino desarrollar esas habilidades que sean necesarias en cada caso.
Por ejemplo, imaginemos que yo me voy a hacer unas pruebas para entrar a estudiar en la Royal Academy of Music en Londres. He estudiado muchísimo, el repertorio lo tengo super controlado, todo muy pensado y muy trabajado. Pero por lo que sea, el control de los nervios o el miedo escénico no es mi fuerte, de hecho, tengo problemas con ello, mi rendimiento tocando baja muchísimo por culpa de esos nervios del momento de la prueba.
¿Pensáis que debería estudiar más? ¿Me falta control técnico? ¿Me faltan conocimientos para esa audición concreta, en lo que respecta a mi instrumento y a las obras que voy a tocar?
Sin embargo… si tuvierais que decirlo fríamente… ¿soy competente para una tarea como la de hacer pruebas en la Royal Academy of Music?
El problema es que quizás yo vuelva de esas pruebas (con poco éxito) y piense que necesito estudiar más, que necesito mejorar mi técnica, que el control del instrumento o de las obras no era el suficiente, porque de hecho, en el momento justo he fallado algunas notas o me he trabado en algún pasaje o mis manos han temblado más de lo normal.
Si es así, por decirlo directamente y de una forma que seguramente no discutiréis, estaría totalmente equivocado. No estaría viendo cuál es realmente el problema y empezaría a emplear mucho tiempo en desarrollar algo que no es lo que me va a proporcionar esa competencia que estoy buscando. Porque precisamente las habilidades clave para esa competencia no las estaría trabajando.
¿Estáis de acuerdo en que si en lugar de estudiar más horas de instrumento, más técnica o más obras, si dedicara una buena parte del tiempo a trabajar en mi relajación, control de mis emociones, control de los nervios, autocontrol al fin y al cabo, en la visualización del momento de la prueba y todo ese otro tipo de trabajo, me estaría acercando mucho más a esa competencia que persigo?
Os pongo otro ejemplo mucho más claro. Si yo me planto en esas pruebas y mi nivel de entendimiento del inglés es 0, ¿sería competente para esa tarea? Puedo tocar muy bien, incluso ese día. Pero la primera vez que me pidieran cualquier cosa desde el tribunal, no les entendería, con lo cual no podría hacerlo. O si me preguntaran, además de tocar, por mi situación como estudiante, mis aspiraciones, cómo pretendo financiar mis estudios en Londres… (todo esto son cosas que realmente te preguntan en la entrevista privada que tienes con uno de los directores de la Academy, cuando pasas la prueba de tocar).
Si después de eso me dicen que no estoy admitido en la escuela… ¿necesito más conocimiento de las obras y más control técnicos? ¿O necesito desarrollar mi capacidad de hablar inglés, al menos hasta un nivel que sea suficiente para entenderse mínimamente en unas pruebas y en una entrevista? ¿Qué me haría más competente?
Es una pregunta retórica, evidentemente, porque creo que con estos ejemplos tan claros todos y todas estaremos pensando lo mismo.
Por supuesto que es importante el control técnico del instrumento, el conocimiento musical, el estilo, el sonido… De hecho, quizás sea de las primeras cosas, de las principales para encaminarnos hacia esa competencia que queremos adquirir. Pero sin el resto de habilidades, solo eso no es suficiente. No nos capacita, no nos hace competentes.
¿Qué nos aporta el coaching?
Por tanto, ¿qué nos puede aportar el coaching a toda esta situación?
Pues principalmente, el análisis de uno mismo, de la situación, de las necesidades, y al fin y al cabo, como decimos siempre, de la distancia (del gap) entre donde estamos y donde queremos llegar.
Y así centrar los esfuerzos en esas acciones que sí nos van a acercar a nuestro objetivo, que sí nos van a permitir desarrollar las habilidades adecuadas en cada caso para adquirir esas competencias que perseguimos.
Esta es un parte nada fácil. Pero si trabajamos bien en nuestro DAFO, hemos planteado bien los objetivos, y conocemos la distancia, será más fácil que nuestras acciones nos acerquen realmente a ese punto.
Podríamos poner muchos más ejemplos, como una comercial que intenta vender un producto a sus clientes, pero que no tiene muy desarrolladas sus habilidades sociales y comunicativas… Por muy bien que conozca su producto, por mucho que sepa exactamente cómo desmontarlo, repararlo, todas sus aplicaciones y posibilidades o cualquier cosa que se os ocurra, si no desarrolla esa habilidad para hablar con la gente y explicarles todo lo que sabe, esta persona será claramente incompetente para esa tarea.
Y como estos podéis proponer cualquier ejemplo que se os ocurra o que conozcáis.
De momento, os recuerdo la frase:
La competencia de una persona en su trabajo no sólo depende de los conocimientos y el control técnico, sino del conjunto de aptitudes o habilidades personales.
Y nuestro objetivo aquí es analizar todo eso y enfocarnos a desarrollar esas habilidades, exactamente las que necesitemos para nuestra tarea, función o trabajo.
¿Qué os parece? ¿Cuáles son vuestras competencias? ¿O qué habilidades pensáis que necesitáis desarrollar, más allá del control técnico e incluso musical del instrumento?
Contadme y así un día hacemos un pequeño repaso de habilidades necesarias para el músico, con todas las que me enviéis. Además, ya sabéis que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”.
Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/contactar. Además, ya sabéis que podéis escuchar Coaching de Músicos en Spotify y añadirlo a vuestro corazoncito verde.
Bueno, hoy es viernes. El último del año. Así que descansad, relajaros, pasad buen fin de semana, disfrutad de las fiestas y de la compañía… Porque el lunes estaremos aquí de nuevo, a partir de las 7:11 de la mañana, con el último episodio del año!
Y hasta entonces, ¡MUY BUEN FIN DE SEMANA!!