Un nuevo miércoles y aunque estemos en estos días aún de fiestas en España, seguimos con nuestros episodios de los miércoles, en los que reflexionamos sobre distintos aspectos relacionados de alguna manera con el coaching y con la música y los músicos. Hoy una nueva historia de las que llevamos escuchando las últimas semanas. Enseguida so cuento la historia completa.
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Una historia de ambiciones
Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos
… el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general.
Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos!
Un nuevo miércoles y aunque estemos en estos días aún de fiestas en España, seguimos con nuestros episodios de los miércoles, en los que reflexionamos sobre distintos aspectos relacionados de alguna manera con el coaching y con la música y los músicos. Hoy una nueva historia de las que llevamos escuchando las últimas semanas. Enseguida os cuento la historia completa.
Pero antes, dejadme que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com.
Como ya sabéis, faltan unos días para que empiece el curso de Liderazgo, así que no puedo más que recordaros que en coachingdemusicos.com podéis encontrar ya los otros tres cursos y suscribiros antes de que suba el precio, ya sabéis, con cada curso subirá 1€. Queréis aprovechar y registraros aún por 3€/mes?
Hace 3 o 4 semanas empezamos a plantearnos una situación en la que analizábamos cuál era nuestra situación, nuestros deseos, nuestras ambiciones, y nos dábamos cuenta de que quizás no estábamos haciendo exactamente lo que querríamos o lo que nos ayudaría a ser más felices.
Vimos a través del IKIGAI cómo podríamos analizar esto, reflexionamos un día sobre ello y hablamos ya con dos personas, Miguel Galdón y Kike Labián, que de alguna manera han cambiado el rumbo de sus carreras. Totalmente relacionadas con la música, pero no de la manera en la que se suponía que debía ser según los estándares de su generación y de su entorno.
Hoy teníamos previsto hablar con una persona que también ha cambiado el rumbo de su carrera, no demasiado drásticamente, pero sí en lo esencial. Pero finalmente no ha sido posible cuadrar una cita (ya lo haremos más adelante). Así que aprovechando que es nuestro primer miércoles del año, os voy a contar una historia. Una historia sobre este mismo tema, claro, sobre cambio de rumbo.
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Para empezar tenemos a nuestro personaje (es una historia real, pero podría ser de tantas personas, que hoy vamos a contarlo de manera impersonal).
Nuestro personaje estudió toda su infancia y adolescencia en su región, un poco lejos de la capital de su país. Y desde muy joven empezó a tener claro que en la música había una salida que le atraía, que le apasionaba, más bien.
Así que mientras terminaba los estudios secundarios en su instituto, e incluso se preparaba para la universidad (por si acaso), ya empezaba a planificar viajar a la capital para estudiar con los mejores de su instrumento y tener más oportunidades de trabajar como músico.
Traslado a la capital
Una vez allí, todo rodado. No sin esfuerzo y dedicación, pero sí sin muchas complicaciones, empezó a tener oportunidades de trabajar, en la enseñanza, en diferentes orquestas jóvenes y profesionales, e incluso en ensembles y grupos de cámara ya con cierta importancia.
Evidentemente, ¿qué pensáis que quería nuestro personaje para su futuro?
Pues por una parte quería trabajar siendo músico, por supuesto, pero además, su ambición innata le llevaba a querer tocar cada vez en mejores orquestas, trabajar en mejores conservatorios, tocar mejores conciertos, hacer pruebas para estudiar en mejores escuelas…
Éxito estudiantil y profesional
Y así fue, terminó estudiando en una de las escuelas más prestigiosas del mundo, a la vez que ya tenía experiencias profesionales. Hasta que éstas le llevaron finalmente a obtener un puesto de trabajo en una orquesta. Y con esto a empezar a ofrecer clases magistrales en distintos escuelas del país y a ser llamado para muchas bastantes clases particulares.
¿Qué pensáis, que nuestro personaje estaría ya contento?
Ambición e inconformismo
Pues no, porque siempre se puede tocar en una orquesta mejor, ¿verdad? Y siempre se puede ganar más dinero, hacer más conciertos, tener más reconocimiento.
Sobre todo eso, tener el reconocimiento del resto de la profesión, y de los nuevos y nuevas alumnas.
Y por supuesto, como siempre pasa, nuestro personaje tenía también un referente, una persona que admiraba, que seguía, con la que trabajaba, con la que no compartía el 100% de las ideas y sobre todo del carácter y la conducta, pero que igualmente le motivaba a seguir buscando metas más altas.
Buscando mejorar y crecer (pero no personalmente)
Durante mucho tiempo nuestro personaje estuvo preparando más audiciones, buscando cambiar a una orquesta de esas que siempre le habían dicho que eran «mejores». Pero siempre con la ambición de terminar obteniendo una plaza en esa soñada orquesta nacional de su país.
Por supuesto, para eso tenía que seguir unos pasos, que tenía bien definidos. Tenía que acercarse a las personas adecuadas y ganárselas. Sabía (y de hecho quería hacerlo) que tenía que demostrar su valía en todos los campos posibles: como instrumentista solista, como músico de orquesta, como docente, incluso en campos como la gestión y la organización.
Pero todo eso, no era crecer personalmente, no era para desarrollarse sus habilidades y sentirse más realizado o más preparado. Simplemente era una estrategia vacía para acercarse a lo que siempre había deseado (o eso creía).
Esa persona a la que tanto admiraba (en lo profesional) empezó a darle oportunidades para trabajar a su lado hasta que prácticamente lo situó en un nivel de responsabilidad que hacía pensar a nuestro personaje que estaba cerca de conseguir su objetivo.
Esta persona admirada seguía sin gustarle mucho en el plano personal, no compartía su carácter, su forma de tratar a las personas, su forma de dar clase, la importancia que daba a los demás…, pero sí le parecía la persona adecuada junto a la que permanecer para conseguir todo lo que siempre decía que quería conseguir.
Recordemos: obtener una plaza en la orquesta nacional de su país, trabajar en una escuela de reconocido prestigio y recibir el reconocimiento del resto de su profesión.
Así que seguía disculpando o minimizando todas esas cosas que no le gustaban tanto de las personas de su entorno como de su propia persona.
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Suscríbete ahora, por¿Nos gusta este personaje?
Si hacemos un inciso en nuestra historia y lo pensamos bien, no estamos muy orgullosos de este personaje, ¿verdad?
Bueno, está claro que tiene unos objetivos y que busca el plan para conseguirlos. Eso no es malo de por sí. Pero no busca desarrollar sus habilidades, no busca mejorar para ayudar a los demás, no busca unos valores que le acompañen en su carrera.
¿Cuándo cambia todo?
Pero de repente, nuestro personaje conoce a alguien, a una gran solista de su instrumento y ¡sorpresa! una gran persona, que a pesar de su «status» de gran solista internacional, es alguien con quien hablar, a quien pedir consejo y con quien compartir ideas y reflexiones.
Y poco a poco, a la vez que empieza a dar más importancia a todas esas cosas que no le gustan de su «admirado líder» y a todas las cosas que antes disculpaba o a las que quitaba importancia, a la vez empieza a hacerse la famosa pregunta: «¿De verdad yo quiero eso que estoy persiguiendo?»
La crisis
Hacerse esa pregunta no es fácil, ya lo hemos hablado muchas veces. Están nuestras creencias, nuestras expectativas, la presión de nuestro entorno… Y sobre todo cuando es algo que hemos perseguido durante tanto tiempo, cualquier cosa que pueda cuestionarlo se enfrenta directamente a toda nuestra resistencia.
Así que nuestro personaje entra en una gran crisis. En un periodo largo, que afecta por supuesto a varias facetas de su vida, a la personal sobre todo, pero también a su confianza, a su autoestima y capacidad de tomar decisiones que antes veía clarísimas.
La luz al final del túnel
Por suerte (y con ayuda), llega un día en el que ve clara la respuesta. Y por primera vez dice en voz alta las siguientes palabras: «Yo no quiero eso. No quiero ser el mejor músico de orquesta, no quiero ser solista, no quiero el reconocimiento de los demás, no quiero cambiar de trabajo buscando una orquesta mejor. Yo lo que quiero es otra cosa, no sé exactamente qué, pero es otra cosa. Ese camino no es el mío«.
Las dudas
Solo que ahora le falta saber qué es lo que sí quiere, una vez descartado todo lo anterior.
Sabe que quiere seguir ligado a la música, que le encanta tocar en su orquesta, que disfruta más las clases cuando se centra en las necesidades de la persona que tiene delante y no en las ganas de impresionar. Pero sigue teniendo dudas.
Continuará…
La historia sigue, por supuesto, pero por hoy la vamos a dejar aquí. Porque así podéis pensar cada uno de vosotros y vosotras, qué haríais si fuerais este personaje. O cómo le ayudaríais.
¿Qué necesita?
¿Qué necesita nuestro personaje? ¿Más formación? ¿Más experiencias? ¿Experiencias diferentes?
Podéis incluso hacer vuestras prácticas de coaching, pensando cómo ayudaríais a nuestro personaje de hoy en el punto en que le hemos dejado.
En un siguiente episodio continuamos con la historia, vemos qué pasó después en realidad, qué decisiones tomó y cómo está ahora.
Pero antes de eso, podéis enviar vuestras propuestas para este personaje que ya se ha dado cuenta de que no está haciendo exactamente lo que quiere.
Ya sabéis que todos estos comentarios pueden ser a través de los comentarios en la página de este episodio en la web, en Facebook o e iVoox, o directamente en coachingdemusicos.com/contactar.
Y para cualquier otra cosa también estaré encantado de leeros. Porque como digo siempre, esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis. Incluso decidme si os gustan este tipo de historias basadas en hechos reales, y podemos traer algunas experiencias al podcast.
Mañana jueves volveremos con un nuevo episodio a partir de las 7:11 de la mañana. Mientras tanto, disfrutad del día y ¡NOS ESCUCHAMOS MAÑANA!